
Es como si el tiempo no hubiera transcurrido, oler la magia del pasado en el aire y traer al presente millones de recuerdos, esa sensación de felicidad del primer día de vacaciones.
Es como jugar a ser una vez más nenes chiquitos, llorar de alegría y alegrarse de la emoción,
creer que se puede vivir toda la vida soñando con ilusiones,
sentir que la felicidad está en la simpleza de hacer feliz a los otros.
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